Otra "teoría
"
Otros expertos consultados por BBC Mundo también consideran que los comentarios del portavoz de la Cancillería culpando al ejército estadounidense son una clara respuesta a otras teorías de la conspiración impulsadas desde la primera potencia mundial.
Es el caso del senador estadounidense del Partido Republicano Tom Cotton, quien en febrero insistió a través de diversos canales que el virus podría haberse originado en un laboratorio de bioseguridad de Wuhan, una hipótesis refutada tajantemente por los científicos.
Estados Unidos comienza a probar en humanos la primera vacuna contra el coronavirus
La comunidad científica parece estar de acuerdo en que el virus cruzó la barrera de las especies, de animal a ser humano, en uno de los mercados de Wuhan.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que pese a que el recorrido exacto que hizo el virus hasta saltar a los humanos aún no está claro, el SARS-CoV-19 "no era conocido antes del brote que comenzó en Wuhan, China, en diciembre de 2019".
"El virus chino"
A las teorías de la conspiración, recientemente se han sumado diversas declaraciones no exentas de polémica.
La última de ellas por parte del propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien en un tuit el lunes se refirió al patógeno como el "virus chino".
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La OMS recomienda no vincular un virus con una zona en particular o grupo, para evitar estigmatizar a un colectivo.
No obstante, diversos miembros del gobierno estadounidense se han referido al SARS-CoV-19 como el coronavirus "chino" o el "virus de Wuhan", en palabras del secretario de Estado, Mike Pompeo, en repetidas ocasiones.
En el caso de Trump, el gobierno chino no tardó en reaccionar a sus últimos comentarios, instándole a retractarse y a frenar sus "acusaciones infundadas contra China".
Trump se refirió al nuevo coronavirus como el "virus chino", poco después de los comentarios de la Cancillería del país asiático.
Los medios oficiales del país asiático, que estos días resaltan el éxito de China en la lucha contra el covid-19 y la ayuda que Pekín ofrece y está ofreciendo a otras naciones afectadas, fueron más allá y tildaron las declaraciones del mandatario de "racistas y xenófobas".
Para los observadores de la política china, "este juego geopolítico de atribución de culpas es una carrera hacia el abismo", en palabras de Bonnie Glaser, sénior para Asia y directora del Proyecto el Poder Chino del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).
"Ambos países están jugando en su propio detrimento, en lugar de unir fuerzas para vencer a un enemigo común que no reconoce fronteras políticas ni geográficas", subrayaba por su parte Yonden Lhatoo, editor jefe de Noticias del diario hongkonés SCMP.
Para Glaser, además, es un disputa que resulta peligrosa, pues dificulta aun más que ambos países gestionen adecuadamente los problemas de su relación, como sus diferencias comerciales, lo que tendrá inevitables consecuencias para el resto del mundo.
"[Una competencia estratégica intensificada entre ambos] aumentará la presión sobre otros países para que elijan entre Estados Unidos y China. La acritud actual hará que un incidente militar sea más difícil de manejar", sentencia.
Lejos de calmar los ánimos, el gobierno chino lanzó otra "bomba" este martes: la expulsión de China de los periodistas de nacionalidad estadounidense de tres periódicos de referencia de ese país (The New York Times, The Washington Post y The Wall Street Journal), tanto del continente como de zonas con mayores libertades como Hong Kong, donde suelen tener base organizaciones que no pueden hacerlo en el continente chino (como ONG en defensa de los derechos humanos).
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